domingo, 19 de febrero de 2017


De ti aprendí

De ti aprendí,
a tenerlo todo sin tener nada,
a dividir en mil pedazos un solo instante
y saborear su esencia, saborear su ser.

Aprendí a querer sin querer,
a ser alguien sin ser nadie,
y aprendí, a tener algo por lo que reír
sin ser consciente de que eso es,
realmente: reír.

Ahora me abrazan esos recuerdos
y la alegría continúa,
porque a tu lado sólo sé hacer eso,
porque a tu lado sólo sé:
reír, reír.

Tan simple, tan bello, tan real,
nuestra mente vuela
sin tener que imaginar.
Inocentes, disfrutamos de tanta ansiedad,
con inmensa tranquilidad.

Nadie lo sabe, es un secreto:
nos gusta agujerear los bolsillos
cuando tenemos las manos llenas,
y nos empachamos sin saberlo
porque seguimos siendo ligeros.

Somos bellos, somos ciertos, pensé.
Y esa verdad me persigue, me protege,
me hace seguir viviendo en tu honor,
divulgando tu sabor.

Me permito el lujo de hablar de ti,
porque creo que eso
aún puede salvar al mundo de tanta realidad,
y recuperar la verdadera cordura
que hace que esto funcione de verdad.

Tan simple, tan bello, tan real,
nuestra mente vuela
sin tener que imaginar.
Inocentes, disfrutamos de tanta ansiedad,
con inmensa tranquilidad.

De ti aprendí, de ti.

No hay comentarios:

Publicar un comentario