La última gota colmó el vaso...
En el sexo nunca fuimos dos. Por más que tú quisieras, no era ni soy tu peregrina. "La profundidad por encima de la superficie"* no se veía. Ahora ya no importan, o nunca me han pesado tanto (según como se mire), los malditos km que separan el Miño de la tan querida, ansiada y odiada Madrid, aunque esto siga siendo tan dulce por momentos. Por muchas tortitas con chocolate que me regales de desayuno la mañana de mi cumpleaños y aunque quemaras el timbre y repitieras mil veces "vístete, que nos vamos a desayunar", tú no me exiges más. La Magia se acabó, o más bien, nunca existió.
Fui una niña que creía en cuentos, príncipes, poesías, historias imposibles y romanticismo. Vestidos, maquillaje, luces y telones. Pero se descubrió el truco.
"He disfrutado mucho de esta obra de teatro, especialmente en el descanso."*
(*Frases entrecomilladas: Zune Sebastian, Groucho Marx.)
No hay comentarios:
Publicar un comentario