martes, 23 de mayo de 2017


Amo cada minuto que respiras, cada palabra que suspiras o que vomitas...

Amo cuando sonríes y sonríen tus ojos y deseo verlos siempre así...

Amo cuando te enfadas, te pones serio, gruñes y te quejas, para luego mirarme y calmarte, aunque te sigas quejando...

Amo hasta tu forma de quejarte y cómo reclamas tu derecho a hacerlo.

Amo como mimas cada cosa que haces, hasta el último detalle y como refunfuñas si intentan robarte tiempo de talento...

Amo cuando te ilusionas con algo hasta el punto de no parar de hablar de ello ni dejar de hacer, de crear, aunque esté acompañándote...

Amo como reivindicas y reclamas tu espacio, ese que tantas veces me has dejado invadir, pero eso sí, cómo, cuándo y dónde tú quieres... Aunque de vez en cuando no estaría de más que me dejases mandar un poquito...

Amo lo coqueto que eres, colocando cada pelito de tu cabecita, mirándote al espejo, queriendo parecer más hombre, más grande, más... y más... Cariño, déjame decirte que no hace falta que parezcas nada más, ya lo eres.

Amo esa dulzura que sacas cuando eres más tú, más todavía.

Amo tu gesto cuando tienes la necesidad de cuidarme y yo de dejarme cuidar... Me acoges en tus brazos, me rodeas con delicadeza diciendo que soy tan pequeña que tienes que tener cuidado de no lastimarme... y luego aprietas como si no me encontraras en tus brazos y no paramos de reír. Y aflojas, y me acaricias, y me miras.

Amo cuando asumes que tú también necesitas que te cuiden, cuando, como el buen hombre que eres, sabes y permites que una mujer te abrace, te rodee y te proteja. Amo que, al menos en esos instantes, permitas que sea yo esa mujer.

Amo cuando me miras con admiración, cuando presumes de mi con algún amigo... de mi talento, y como sabes verlo como nadie.

Amo cuando me miras de arriba a abajo, cada vez como si fuera la primera, deseando decirme lo guapa que estoy y al final lo dices. Si no utilizas las palabras utilizas tus abrazos. Ay! tus abrazos!

Amo tu elegancia, tu acertada actitud en cada momento, tus palabras siempre tan bien escogidas y esa sonrisa siempre para todo el mundo.

Amo, en cambio, cuando no sabes ni quieres esconder tu cara seria cuando lo que tienes enfrente no te hace gracia. Y como intentas controlarte pero matarías en ese momento. Eso si, con elegancia.

Amo cada gesto tuyo desde la primera vez que te vi y eso, Cielo, hace tiempo que no tiene solución, ni la quiero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario