A mí no se me pone en lista de espera, yo no hago cola por nadie.
Porque la vida no va de esperar. Y sentir y amar, menos todavía.

El amor tiene agallas que a ti te faltan. Para amar hay que ser un valiente. Y para dejarse amar, quizá más.

Cógeme y destrózame,
vuélame por los aires...
de suavidad.

Que la línea entre tu piel y la mía sea tan perfecta
que se confunda con el horizonte,
que la sinfonía sea tan silenciosa que nos mate,
pero sigamos vivos,
alimentando la envidia de los que aún en muerte puedan vernos.

Cógeme y destrózame,
desgarra cada colgajo de mi piel,
y que no quede nada,
ni siquiera el rastro de una fiesta de cama
a la que la palabra apasionada se le queda en migaja.

Subnormal, tonto, idiota,
deja de jugar a la puta pelota.

Quizá la culpa es mía,
que con el paso de los años, los besos, las caricias,
cada vez estoy más loca.

Subnormal, tonto, idiota,
deja de jugar a la puta pelota.

Lo he intentado todo y ya no me quedan lágrimas para llorar por ti.

(2013).

(2017):

Intentar llorar y no poder.

Estar en la disyuntiva de querer lo mejor para ti

y agarrar con fuerza y no soltar

las ganas de tenerte junto a mi.

Necesitar una transfusión de sangre para olvidarte.

Desgarrar por dentro,

aún más,

lo que ya está desgarrado de tanto quererte.

Y amarte tanto

que pueda ayudarte a marcharte.

Ver cómo cuantificas los besos

y cuan poco te cuesta una despedida.

Percibir que notas mis miradas clavadas

y cómo haces como que no.

Ver cómo juegas a la normalidad... y entenderlo.

Porque yo también jugué a ese juego,

y entiendo el trasfondo y la finalidad,

pero, Cariño, se nos da fatal,

para bien y para mal.

Odiarte por no decirme un "no".

Romperme si lo dijeras.

Y esperar que lo digas

para poder recomponerme.

Y supongo que yo soy el "sí" y el "no",

la decisión y la duda,

el destino y la media vuelta...

o la vuelta entera.

La que se va y la que vuelve,

la única que siempre está,

y la que nunca ha estado.

Lo que aprendí con los años es que

quizá haya cosas que no se deban esperar,

o ya pasaron

o nunca pasarán.

Si esta noche no salgo a brillar, me deshago aquí pensando en ti.

Si esta noche no me obligo a callar, puede que le gane a mi lucha personal y créeme cariño, no querrás ver el resultado final si no estás preparado para vencer el miedo a ganar.

Esta noche necesito salir a brillar, porque si no tu recuerdo me pide más y más de ti, y no puedo obligarte a venir, ni quiero alimentar lo que te quiero con nostalgia porque tú no has querido estar aquí.

¿Sabes? yo también tengo miedo a ganar, pero me aferro a ti porque en realidad, el miedo a perder, perderte, me puede más. Perdería más, mucho más.

(2016)

Frío... tanto frío sin ti. Que pasen las horas y no haya manta que me abrigue, capas y capas... que no me quitan este frío, este vacío.

A este ritmo, moriré por quererte. Si ya muero por no hacerlo... y cuando muero, quiero... más y más. Y crees que no me doy cuenta pero siento que te pierdo.

La distancia no es distancia si no se quiere. Un beso se puede sentir en el alma, la sonrisa se puede escuchar, el abrazo puede ponerme la piel de gallina sin ni siquiera tocarme, una voz puede hasta hacerme temblar... a km... a dos horas de avión. A dos horas estoy yo de tu sonrisa y tan cerca puedes estar tú de la mía... que puedes hasta provocarla, aunque sea sin querer.

La ausencia es, sin embargo, lo que se elige de verdad. Lo que nos hace olvidar, que cuando estábamos juntos hasta puede ser, que sonriéramos de felicidad.

Qué difícil es hacer como que no pasa nada,
que ni siento ni veo ni me roza tu perfume en cada almohada,
qué difícil dormir en tantos sitios y que ninguno sea tu cama,
tantas ciudades, tantas calles, tantas caras y que ninguna me diga nada.

Amor, estoy cansada.

Qué difícil es hablarte y que no me estalle la boca con mil "te quieros",
qué difícil por cada sonrisa tuya no levantar un imperio,
qué difícil amor, qué difícil, no armar una guerra por un solo intento de sentir tu piel...

de nuevo...

aquí...

a mi lado, quieta.

Qué difícil, que un niño, corriendo y sin mirar se tropiece con mis piernas
y pensar en ti... y no decirte nada.
Qué difícil amor, qué difícil, tenerlo tan fácil y no atreverme a decir un SÍ.
Por si no soy clara: SÍ.

Qué difícil amor, qué difícil, decir tantas cosas y no decir nada,
decirlo todo con una mirada y que cada uno siga como si nada.
Dejémoslo ya por favor, ¿si? Mírame: SÍ.

¿Y qué si te quiero? ¿Y qué si te lo digo? ¿Y qué si por una vez, dejas lo que estás haciendo, me miras a los ojos y me escuchas? ¿Y qué si por una vez me coges el teléfono? ¿Y qué si resulta que tú también me quieres a mi? ¿Y qué si al final resulta que no, que no quieres saber nada de mi? Pues que estaría bien saberlo, sin más. Que me respetes y me mires, y me escuches y me hables y me contestes. Sin más. Las cosas son así: te amo y punto. Y lo que pase a partir de ahora depende de ti.

Es tan fácil quererte... ¡pero tan fácil! Y sin embargo tan difícil soportarte a veces. No sé cómo lo consigues, pero lo odio. Y créeme, lo complicado cansa. Hasta a mí.

Sin ti

Me dices: "me tarda estar contigo,
lo siento, estoy muy ocupado,
si puedo mañana te llamo."

Pero nunca llamas,
hace tiempo que no veo
cómo brilla tu mirada,
cómo se mueven tus labios cuando hablas
y cómo es tu gesto cuando callas.

Sólo me queda un recuerdo,
que se hace pequeño con el tiempo.

Y todavía pienso en cuando
contábamos minutos para volver a vernos,
y todavía pienso en cuando
podíamos mover estrellas sólo con un dedo,
en cuando buscábamos excusas
para mover el tiempo sólo por un beso.

Pero ahora sólo me queda un recuerdo,
que se hace pequeño con el tiempo,
sólo me queda un recuerdo,
que se aleja de mí aunque yo no quiera.

Y tú, me dices que si te quiero no te puedo olvidar,
lo siento pero esta vez no estoy contigo,
el amor es cosa de dos y tú te has ido...
Tú te has ido.

"Te he nombrado en mis canciones,
te hice mil proposiciones,
eran todas indecentes la verdad.

He aprendido de memoria tus 32 escaleras,
y ahora ya no sé vivir ni a tu lado ni lejos de ti.

Me ganaron tus maneras,
el olor de tus quimeras,
y tu corazón difícil de domar.
Alma de montaña rusa,
la batalla por excusa,
un encanto de desastre natural.

He aprendido de memoria tus 32 escaleras,
y ahora ya no sé vivir ni a tu lado ni lejos de ti.
Yendo contigo, juego con fuego,
sólo disfruto cuanto más me quemo.

(...)

Te hiciste mi musa de cabecera,
mi jueza, mi abogada, mi carcelera."

Amo como respetas a cada ser que vive a tu lado. Y sé, y sabes, y sabemos, que eso es por lo que conectamos tanto.

Amo el profundo amor que sientes por tu madre y la valentía con que la respetas y la abrazas. Es envidiable y admirable.

Amo cada mirada nuestra de complicidad, esa forma de entendernos desde el principio sin conocernos de nada y conociéndonos tanto.

Amo la sonrisa que haces que me salga cada vez que te veo.

Amo la torpeza con la que te hablo, a veces, cuando estamos juntos, al lado, cerca.

Amo la taquicardia que me entra cada vez que me apareces por sorpresa.

Amo cada momento que paso contigo y la persona que eres.

Amo la persona que soy cuando estoy contigo.

Amo cada minuto que respiras, cada palabra que suspiras o que vomitas...

Amo cuando sonríes y sonríen tus ojos y deseo verlos siempre así...

Amo cuando te enfadas, te pones serio, gruñes y te quejas, para luego mirarme y calmarte, aunque te sigas quejando...

Amo hasta tu forma de quejarte y cómo reclamas tu derecho a hacerlo.

Amo como mimas cada cosa que haces, hasta el último detalle y como refunfuñas si intentan robarte tiempo de talento...

Amo cuando te ilusionas con algo hasta el punto de no parar de hablar de ello ni dejar de hacer, de crear, aunque esté acompañándote...

Amo como reivindicas y reclamas tu espacio, ese que tantas veces me has dejado invadir, pero eso sí, cómo, cuándo y dónde tú quieres... Aunque de vez en cuando no estaría de más que me dejases mandar un poquito...

Amo lo coqueto que eres, colocando cada pelito de tu cabecita, mirándote al espejo, queriendo parecer más hombre, más grande, más... y más... Cariño, déjame decirte que no hace falta que parezcas nada más, ya lo eres.

Amo esa dulzura que sacas cuando eres más tú, más todavía.

Amo tu gesto cuando tienes la necesidad de cuidarme y yo de dejarme cuidar... Me acoges en tus brazos, me rodeas con delicadeza diciendo que soy tan pequeña que tienes que tener cuidado de no lastimarme... y luego aprietas como si no me encontraras en tus brazos y no paramos de reír. Y aflojas, y me acaricias, y me miras.

Amo cuando asumes que tú también necesitas que te cuiden, cuando, como el buen hombre que eres, sabes y permites que una mujer te abrace, te rodee y te proteja. Amo que, al menos en esos instantes, permitas que sea yo esa mujer.

Amo cuando me miras con admiración, cuando presumes de mi con algún amigo... de mi talento, y como sabes verlo como nadie.

Amo cuando me miras de arriba a abajo, cada vez como si fuera la primera, deseando decirme lo guapa que estoy y al final lo dices. Si no utilizas las palabras utilizas tus abrazos. Ay! tus abrazos!

Amo tu elegancia, tu acertada actitud en cada momento, tus palabras siempre tan bien escogidas y esa sonrisa siempre para todo el mundo.

Amo, en cambio, cuando no sabes ni quieres esconder tu cara seria cuando lo que tienes enfrente no te hace gracia. Y como intentas controlarte pero matarías en ese momento. Eso si, con elegancia.

Amo cada gesto tuyo desde la primera vez que te vi y eso, Cielo, hace tiempo que no tiene solución, ni la quiero.

- "¡Ama o muere!"

-  Ama sobre todo antes de morir. Muere y que hayas amado, pero sobre todo muere y que recuerden todo lo que has amado. Que te hayan amado y que hayas sabido lo que es amarse. Experimentar lo que es amar, amar hasta que te duela el cuerpo, hasta que te duela el alma. Amar más que a ti mismo, amar por todo y por nada.

¡Queridas y queridos lectoras/es! Veo visitas y ¡cada vez más! Lo cual me alegra mucho y os propongo algo: ¿¿podéis responderme por correo electrónico a algunas preguntitas?? O si queréis también en comentarios aquí, pero sé las dificultades que algun@s tenéis para comentar, por eso os facilito la siguiente dirección de correo:

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Dicha dirección podéis usarla de ahora en adelante para contactar conmigo cuando queráis. Y podéis hacerme vosotr@s preguntas también si queréis.

Y las preguntas son:

¿Cómo conocisteis el blog?

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Y los que ya me conocéis podéis escribir también eh, ¡que yo siempre recibo bien los mimos! ;)

¡Un abrazo grande a tod@s, espero muchos mensajes! ¡Y muchísimas gracias por seguir ahí!

Me visto para ti aunque sepa que no me vas a ver,
y salgo a triunfar.
Disimulo que estoy bien aunque sepa que nadie me vaya a creer,
y vuelvo hecha un mar.

Vivía muy bien en mi mundo fabricado de excusas,
hasta que empecé a pagar caro las multas.

En cuestión de miradas la cosa no puede quedar para después,
porque si no muchas veces, demasiadas veces, pierdes el tren,
y aquello que pensabas que podías no tener,
se convierte en lo único a lo que querrías volver.

Hace tiempo que he dejado de mirar dónde tú ahora estás buscando. Eso que se dice cuando has perdido algo: "ahí ya he mirado yo" viene a decir algo así como: si yo no encontré, no busques tú que tampoco encontrarás. Es una forma de no perder el tiempo (buscando).

El problema no es cuántas veces puedo decirte que te quiero, el problema es encontrar la forma de decírtelo que sea la definitiva...

La definitiva para poder decírtelo todos los días.

"Dame una pala y un cubo de tierra,
y me entierro en las alas de un ave rapaz,
que prefiera volar en tu guerra
a tener que olvidarte anidando en la paz."

                                            (Brock Ansiolitiko, 2017)

Gastaría horas de mi vida, ¡incluso días!, sólo para verte un minuto.

De ti aprendí

De ti aprendí,
a tenerlo todo sin tener nada,
a dividir en mil pedazos un solo instante
y saborear su esencia, saborear su ser.

Aprendí a querer sin querer,
a ser alguien sin ser nadie,
y aprendí, a tener algo por lo que reír
sin ser consciente de que eso es,
realmente: reír.

Ahora me abrazan esos recuerdos
y la alegría continúa,
porque a tu lado sólo sé hacer eso,
porque a tu lado sólo sé:
reír, reír.

Tan simple, tan bello, tan real,
nuestra mente vuela
sin tener que imaginar.
Inocentes, disfrutamos de tanta ansiedad,
con inmensa tranquilidad.

Nadie lo sabe, es un secreto:
nos gusta agujerear los bolsillos
cuando tenemos las manos llenas,
y nos empachamos sin saberlo
porque seguimos siendo ligeros.

Somos bellos, somos ciertos, pensé.
Y esa verdad me persigue, me protege,
me hace seguir viviendo en tu honor,
divulgando tu sabor.

Me permito el lujo de hablar de ti,
porque creo que eso
aún puede salvar al mundo de tanta realidad,
y recuperar la verdadera cordura
que hace que esto funcione de verdad.

Tan simple, tan bello, tan real,
nuestra mente vuela
sin tener que imaginar.
Inocentes, disfrutamos de tanta ansiedad,
con inmensa tranquilidad.

De ti aprendí, de ti.

Escribirte no mitiga mi dolor y no tiene sentido si mis canciones me ganan por valor.

                                                                                                             (25 de febrero de 2014)

Romper el silencio a veces puede ser desgarrador.

                                                         (16 de enero de 2014)

Lluvia: cuando ella cae es su palabra la que manda. Algunos intentan escapar, corren despavoridos buscando cobijo, pero es inútil intentar huir cuando ella ha dictado ya su sentencia: la calma. Y los demás sólo somos inocentes dóciles que pensamos que podemos ganar su batalla con inútiles instrumentos, pero la verdad es que, cuando ella cae, nosotros caminamos por donde ella quiere, resignados a su carácter.

                                                                                                                                   (28 de julio de 2013)

"Eres todas mis ganas de volver a equivocarme..."

                                                            (Luiso García, 2016)